jueves, agosto 20, 2009

En el cafe de la juventud perdida de Patrick Modiano.


El mundo de mis libros y mi propia vida se funden otra vez en un momento fundamental de mis dias. Estoy de vacaciones en mi pequeno pueblo, La Romana. Dichas vacaciones, si asi se les puede llamar, estan a punto de convertirse en un rotundo fracaso de nuevo ya que esta vez, como todas las anteriores, todo aquello que tanto planee ha quedado en una dolorosa nada. El tiempo, maldito despota, como siempre, se ha salido con la suya. Bueno, estoy a ley de horas para la partida, desandando con una tristeza indescriptible las heridas calles de la ciudad, me acompana el estruendo de los motoconchos, algunos perros hambrientos y uno que otro angel caido, cuando de repente estoy sentado en un banco del Parque Duarte.

Es exactamente esa hora de la tarde en que todo conspira para convertirme en el ser mas desdichado del mundo, quiza sea lo contrario, no lo se. Esta algo nublado y muy de vez en cuando cae uno que otra gota de agua, no me importa y estoy dispuesto a no moverme un centimetro aun comenzara a caer el diluvio universal. Pero se no llovera nada. "Manana a esta hora estate sumergido hasta el cocote en la pretenciosa y arrogante mediocridad en la que vivo" pienso. Es en este preciso momento y en este estado de animo cuando decido comenzar a leer el libro que he llevado por horas por debajo de mi camisa para que no se moje: En el cafe de la juventud perdida.