jueves, enero 10, 2008

Ayer no te vi en Babilonia

Y que mejor para la nostalgia y la tristeza que restan tras la partida y el regreso la tierra del frio y de la indiferencia, donde nuestros suenos sobreviven atados al asfalto, que la poderosa y penetrante prosa de Lobo Antunes, si es que prosa se le puede llamar a ese viaje instropectivo que recorro yo mismo en su lectura por los recodos mas perdidos de mi mente. Es como un despojo del alma. Abro el libro y en vez de leerlo son paginas que me leen a mi, no una historia, sino mi vida. Pero tampoco mi vida, sino partes de ella que mas bien crei perdidas o que ni sabia existian. Me sumerjo en este libro, primero con dificultad, es una prosa espesa y obscura, luego como si nunca hubiera vivido en otro mundo, poco a poco se encienden las luces y me paseo por lugares que de otra forma no hubiera podido alcanzar jamas.

Quien mas podia escribir de esta manera acerca de la hora que precede al sueno que no fuera Lobo Antunes. De esa frontera en la que no somos duenos de nuestros pensamientos mientras estamos aun despiertos y en la cual se develan nuestro mas hondos anhelos, los que se duermen con la noche y continuan durmiendo en el dia. Como en cada libro de Lobo Antunes en este tenemos que despojarno de nuestros habitos cotidianos de lectura. Hay que abrir el libro, abrir los ojos, abrir la mente, y sobretodo, abrir el alma. Se requiere un esfuerzo extra, pero un esfuerzo que al final paga con creces.

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