"No es el sueño el que nos mata, es el despertar". He pensado ultimamente con frecuencia en estas palabras aunque no recuerdo donde las lei, no, y quiza nunca mas.... En la mañana de hoy mientras me afeito de repente veo con nitida presicion el rostro de mi padre en el espejo, es una imagen muy fugaz, pero incuestionable. Simbolo inequivoco de que envejezco. Envejezco, sin lugar a dudas, y para muetra bastaria con ver la botella de vino que yace en la mesa de la cocina, justo donde la puse una semana atras cuando la traje a casa, regalo de mi buen amigo el gallego Juan Tuscano, quien tambien me escribio en el reverso una postal de la ciudad de Galicia la receta del caldo Gallego. Recuerdos de mi mas lejana niñez vuelven en los momentos mas inesperados a mi memoria, como mariosas de colores, en el trabajo, de vuelta a casa, mientras escucho la radio. Voces de canciones remotas, tan viejas como mi vida, el alacran, Mandru se fue a la guerra, muñequita de trapo y es la voz de mi madre quien las canta. Mis hermanas cuando niñas agarradas de manos y dando vueltas en un circulo de inocencia, una sonrisa en mis labios, y ya mi cara no es la misma, una arruga, como una grieta en el medio de una calle intransitada desde hace años, ya es perceptible debajo de mi ojo derecho. Definitivamente algo pasa."En la noches mas obscuras de del alma siempre son las tres de la madrugada." Al menos si recuerdo que esto lo lei de Fitzgerald. Son palabras que brotan de mi mente en esta noche junto a otras miles de nostalgias.
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